La blockchain ha traído consigo una nueva forma de operar en la red. Si bien, conceptos tales como redes P2P (donde todos los nodos son iguales), protocolo de prueba de trabajo (PoW), criptografía y registro de transacciones descentralizadas (DLT) ya existían; pero combinadas entre sí, traen consigo un potencial enorme para cambiar nuestra forma de vivir.
¿Te gustaría conocer el potencial de la blockchain y la web 3.0 para cambiar el mundo? A continuación, te mostramos algunos ejemplos.
¿Qué industrias están cambiando con la blockchain y la web3?
Comercio internacional
A fin de cuentas, la blockchain es un intercambio de información entre iguales. Sin embargo, esta tecnología presenta unas características que permiten el mejor desarrollo de las operaciones de comercio internacional:
- Permite la trazabilidad de las mercancías enviadas.
- Transparencia en todas las operaciones.
- Envío de documentación.
- Pagos rápidos y seguros.
En el comercio exterior intervienen muchos aspectos que lo hacen complejo (diferentes divisas, inseguridad en el medio de pago, operaciones logísticas intermodales, larga distancia entre las partes, una gran cantidad de documentación técnica, financiera, legal y aduanera, etc.).
Es más, esta tecnología surgió para intercambiar valor (como un sistema de pagos a distancia).
Más allá de solventar el problema de la divisa y los costosos medios de pago utilizados para las remesas internacionales (en los que interviene y garantiza la operación el sector bancario), muchos de los procesos pueden ser automatizados, dejando fuera de la ecuación los problemas de confianza entre las partes.
La blockchain ofrece la posibilidad de que las partes intervinientes accedan a un registro inalterable y transparente.
Todo ello sin contar con la mejora en el intercambio de información, seguimiento en tiempo real y gestión de trámites con terceros (aduanas, por ejemplo).
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Sector de las aseguradoras
Además de que la web 3.0 estará basada en los metadatos y es posible aprovechar toda la información de los clientes para ofrecerles un seguro lo más adaptado posible a sus necesidades.
Imagina, por ejemplo, que quieres contratar un seguro para tu automóvil. Gracias a la blockchain, las aseguradoras tendrán toda la información acerca de ti (sin saber que eres tú). Sabrán los itinerarios más comunes, velocidad media, horas de conducción, etc.
De esta forma, pueden calcular bien qué coberturas te ofrecen y una prima adaptada para el seguro.
Del mismo modo, tú podrás contratar un producto sin tan siquiera saber quién es la aseguradora. En realidad, contratas un smart contract programado para que se libere una indemnización automáticamente en el momento que se produzca un siniestro.
Gracias al Internet de las Cosas (IoT), tu propio automóvil está conectado a la red y los datos pasarán a la blockchain por medio de un oráculo. De este modo, en el momento que superes una determinada velocidad, la prima del seguro aumentará. En el momento que detengas el automóvil, dejarás de pagar el seguro (o pagarás un mínimo).
Si se produce un siniestro, el propio automóvil informa al smart contract y la indemnización (en bitcoin u otra criptomoneda) se liberará en tu wallet
Como es natural, el seguro deberá verificar si efectivamente no eres el responsable del siniestro; pero como están registrados todos los datos y son transparentes (velocidad de ambos sujetos, dirección, información del tráfico, normas viales, etc.), no será necesario que acuda un perito para determinar quién es el responsable.
Esto es sólo un ejemplo de lo que la blockchain y la web 3.0 pueden hacer por el sector de los seguros. Sin embargo, hay una gran cantidad de casos de uso.
ONGs
Más de 100 ONGs se han sumado a la blockchain. Es más, la revolución tecnológica que estamos viviendo puede irrumpir con fuerza en el llamado “tercer sector”.
La primera de las ventajas, como es de esperar, es que las donaciones se realizan de una forma más rápida, sencilla y económica. Pueden transferirse cantidades inferiores a un euro en cualquier momento y desde cualquier lugar, con tan sólo un teléfono móvil.
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Se trata de una de las características intrínsecas a la blockchain que ya hemos visto al tratar los cambios que trae consigo para el comercio internacional: no es necesaria la intervención de un banco o entidad financiera. Pero, además, hay un aspecto que puede ser importante de cara al público: la transparencia acerca del dinero (o, en este caso, valor) que reciben y hacia dónde va. Con este mecanismo se hace imposible que la ONG cometa algún tipo de fraude o malas prácticas (algo que perjudica a todo el sector).
Imagina que es posible conocer los proyectos o actividades en los que se va a contribuir y tú decides en cuáles de ellos quieres enviar fondos en forma de donaciones. Esto es posible con la tokenización.
Por otra parte, imagina que, llegado el momento, la ONG tiene que hacer frente a una catástrofe humanitaria. La blockchain es un vehículo de gestión ideal, tanto para enviar los fondos necesarios de una forma rápida como para trazar todo el envío de material humanitario (comida, agua, medicamentos).
Similar a lo comentado con el comercio internacional, pueden realizarse todas las operaciones logísticas y burocráticas necesarias de un modo ágil.
Al margen de estos sectores en los que se encuentran más desarrolladas
las aplicaciones de la web3 y la blockchain, en realidad estamos ante una tecnología que tiene capacidad de provocar una auténtica revolución industrial.
Las finanzas es otro de los sectores en los que también se está notando un cambio. Gracias a los smart contracts, operaciones típicas como préstamos, depósitos o sistemas de pago son más rápidas.
Al agilizarse la circulación de capitales, el comercio se hace más eficiente y la sociedad avanza, contribuyendo a la financiación de nuevos proyectos en el mundo cripto y se desarrollen las aplicaciones en otros ámbitos.
Aspectos tales como la gestión energética también pueden beneficiarse de la blockchain y la web3, resolviendo de esta forma algunos de los problemas a los cuales nos enfrentamos hoy día (la transición energética y la lucha contra el cambio climático).